Publicado en El Nuevo Herald el día 20 de mayo del 2016:
Fue la asistencia a una maestría dirigida por Guillermo Lousteau Heguy, en la Florida International University, lo que me permitió entender de un modo amable, que entre los sujetos como yo, político y periodista a un tiempo y los académicos, existe lo que podríamos llamar una alianza estratégica y hasta existencial.
Para poder gerenciar la realidad con tino, sin provocar traumas, retrocesos o escombros, los políticos debemos aprovechar la pasión por la verdad y la creatividad de los académicos. Sin ellos corremos el riesgo de mutilarnos intelectualmente, de sucumbir en la rutina pragmática, extraviarnos en el show mediático, o entregarnos a las argucias retóricas y las astucias banales.
Por eso hoy queremos celebrar al doctor Guillermo Lousteau, un catedrático de solera, que acaba de ser elevado a la condición de miembro correspondiente, de la Real Academia Hispano Americana de las Ciencias, las Artes y las Letras. Se trata de un reconocimiento adecuado para quien durante décadas ha sido rutilante como abogado constitucionalista, filósofo, escritor, empresario y docente en universidades de su natal Argentina, España, Chile, El Salvador y Estados Unidos.
Lousteau, además de destacar en las tribunas pedagógicas, fue presidente fundador del Instituto Interamericano por la Democracia (en el cual destacan entre otros directivos Maurice Ferré, Carlos Alberto Montaner, Beatrice Rangel, Armando Valladares, Diego Arria, Karen Hollihan, Virgilio Beato y Carlos Sánchez Berzaín); y presidente del Centro Cultural Argentino de Miami.
Pero Lousteau es sobre todo un hombre de compromiso con la convivencia democrática, las libertades y los derechos humanos. No en balde tituló su discurso de incorporación a la Real Academia Hispano Americana de Ciencias Artes y Letras: “El devenir de la democracia en América Latina.
Provechosos como él son los hijos de Lousteau Heguy, María, Defensora al servicio del Ministerio Público en Buenos Aires; y, el ex ministro, ex diputado y actual embajador de Argentina en Estados Unidos, Martín Lousteau.