Publicado el sábado 15 de setiembre de 2018 en el diario “elNuevo Herald” de Miami
A través de las edades y hasta el sol de hoy, la perfidia de los mandamases con sus adulantes, esbirros y sicarios, ha martirizado al género humano. Pero al final los valores y principios se imponen y la humanidad avanza, de modo evolutivo y consistente.
Decimos esto porque la bandidocracia castrochavista hundió a Venezuela en su peor tragedia histórica, pero debemos resistir. Ya el apóstol José Martí reconocía en Bolívar la perseverancia :
“Ese fue el mérito de Bolívar, que no se cansó de pelear por la libertad de Venezuela, cuando parecía que Venezuela se cansaba”.
Y entre los recios criollos que no se cansan ni se rinden, está el general de nuestra Fuerza Aérea Eduardo Báez Torrealba. Un oficial invariablemente democrático y decente, comprometido con la búsqueda de una salida cívico-militar, apegada a la letra constitucional, para la desgracia que el país padece.
En su exilio de República Dominicana, el general Báez Torrealba recibió una alerta de un colega oficial activo en Venezuela: el narcogobierno envió desde Caracas a uno de sus esbirros con antifaz diplomático, el general experto en espionaje y obediente al comunismo cubano y el terrorismo musulmán, José Antonio Canchica Pernía, con la artera misión de secuestrarlo y llevarlo a una ergástula venezolana o, si no es posible, eliminarlo con un atentado.
El llanero Báez tuvo una rutilante carrera como oficial activo. Recibió treinta condecoraciones, hizo los cursos más exigentes y hasta obtuvo reconocimiento por su eficiente pasantía en la AIR FORCE norteamericana. Siempre actuó en el marco de la moderación, legalidad y el honor militar.
El complot contra Báez Torrealba ha sido denunciado ante las autoridades dominicanas, la OEA y la ONU. Por un atentado contra él deben responder Raúl Castro, Nicolás Maduro, Vladimir Padrino López, Tareck el Ayssami, Diosdado Cabello y resto del bandidaje.
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