Publicado originalmente en El Nuevo Herald:
En la víspera de un nuevo año, procuramos una tentativa de pronóstico para los 365 días que arrancan:
Argentina. El populismo peronista seguirá complicándole la tarea al presidente Macri, que se empeña en recuperar una economía devastada por la gestión deletérea de la pareja Kirchner.
Bolivia. El empecinamiento de Evo Morales en desconocer la voluntad del pueblo, expresada en un referendo, de no aprobar la reelección presidencial, puede conducir a un indeseable desenlace violento en el país.
Brasil. Este 2017 se debe desbrozar la maraña de corrupción y abuso de poder, creada por los presidentes Lula Da Silva, Roussef y aliados, en complicidad con empresas como Odebrecht.
Colombia. Se anhela que los presidentes Santos y Alvaro Uribe entiendan que la garantía de la paz (y un escudo para que las FARC no acaben con la democracia desde la democracia), es que ellos dos y sus partidos decidan trabajar juntos.
Cuba. El propósito del presidente Trump de renegociar los acuerdos EEUU-Cuba, meterá en una trampa a Raúl Castro: si hace concesiones se hará un autogol, y si no las hace, se hará otro autogol.
México. Aparte de las amenazas del presidente Trump, las decenas de miles de muertos por el crimen organizado, y la acción impune del narcotráfico en estados como Michoacán, Guerrero, Sinaloa, Morelos y Veracruz, demuestran que el gobierno de Peña Nieto tiene enormes calamidades por delante.
Venezuela. Durante 18 años la MUD y resto de la oposición democrática, a pesar de los atropellos y humillaciones del régimen, perseveró en la búsqueda de una salida pacífica y electoral para la ruinosa crisis creada por el team siniestro hermanos Castro-Chávez-Maduro-Padrino-
Pero ahora el castrochavismo cerró toda posibilidad de una salida pacífica. Ya no queda si no la acción cívico-militar: el pueblo en la calle y los militares restituyendo la constitucionalidad.