Publicado en El Nuevo Herald el 27 de febrero del 2020. Leer en El Nuevo Herald.
Leopoldo López Mendoza, uno de los líderes venezolanos que más ha sufrido el ensañamiento de la narcodictadura castrochavista, le envió un mensaje a los rusos, para que cesen el apoyo al régimen usurpador de Nicolás Maduro y faciliten una salida pacífica para la tragedia de Venezuela.
Entonces el gobierno legítimo de Guaidó, podra tener relaciones estables y hacer negocios legales y rentables con Rusia.
Leopoldo, como toda la gente democrática de nuestro país, no se deja atrapar por el odio o el revanchismo y trabaja como los demás, para ahorrarle un baño de sangre a Venezuela. Habida cuenta que sabemos que el castrochavismo, aferrado al poder como garrapata, prefiere un genocidio antes que entregar el poder al pueblo.
Maduro se sostiene a pesar de su rotundo fracaso, por el apoyo de un alto mando militar convertido en cartel de la droga, su complicidad con la narcoguerrilla colombiana, los terroristas musulmanes y de la ETA vasca, con las mafias internacionales de la minería ilegal y los gobiernos de China, Cuba, Irán, Rusia y Turquía…
En el caso de Rusia, sería recomendable dejar las pretensiones zaristas y soviéticas de dominio planetario. La economía rusa, que no está entre las primeras diez del mundo, no tiene como pagar el desafío a los norteamericanos y europeos. El señor Putin debe ser sensato, por ese camino desembocará en desastres parecidos a los que vivieron el dispendioso imperio de los zares y el improductivo del comunismo.
Venezuela ha sido saqueada por los aliados de Hugo Chávez y Maduro. Pero para nosotros el asunto no es la venganza, sino la reconstrucción de nuestro país devastado por el castrochavismo. Queremos buenas relaciones diplomáticas e intercambio comercial justo con todos.
Es bueno que el señor Putin entienda que vale la pena aprovechar nuestra buena voluntad.
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