Publicado en El Nuevo Herald el 29 de julio del 2016:
Como a muchos, me fatiga la alarma e incertidumbre, por la súbita aparición de voceros de la oposición democrática venezolana, por lo general talentosos y casi siempre adversarios de la MUD, escribiendo artículos favorables al impresentable general castrochavista Vladimir Padrino López.
Esto ocurre posiblemente por la confusión y nerviosismo que prevalecen en el caos venezolano actual y, por qué no, por la mala costumbre que hemos arrastrado desde los tiempos de Carlos I de España y V de Alemania, de andar buscando hombres providenciales, salvadores de la patria.
Pero Padrino no es el hombre para nada. Es el más sumiso a la Cuba comunista entre los oficiales de nuestro ejército. Con total desvergüenza recibe órdenes del virrey cubano de Venezuela, el feroz Ramiro Valdez, llamado el Carnicero de Artemisa.
Los que saben de eso me dicen que podemos encontrar varias tendencias entre nuestros militares:
Narcotraficantes. Capitaneados por el teniente Diosdado Cabello, con el auxilio del Pollo Carvajal.
Subalternos de Cuba. Cuyo patético caudillo es precisamente el general Padrino Lòpez.
Disidentes del chavismo. Golpistas del 4 de febrero y agregados, entre otros los generales Rodríguez Torres y Alcalá Cordones.
Oportunistas. Un grupo de oficiales mediocres, cuyo acceso a los privilegios y ascensos, dependen de fingir lealtad al castrochavismo.
Asustados. Los que esconden la cara por miedo a las degradaciones y otros castigos.
Democráticos. Son los oficiales que obligaron a Padrino y Maduro a reconocer el triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias de diciembre 2015. Constituyen la esperanza de la patria si los castrochavistas se quieren pasar de vivos, impidiendo el revocatorio o asestando un autogolpe.
Ojo: Los últimos cuatro grupos tienen en común el rechazo al desangelado Nicolás Maduro.