De modo fulminante se nos acaba de ir el cubano-boricua-norteamericano Joachim De Posada. Sicólogo, consultor gerencial, escritor de renombre y, por encima de todo, un amigo de lujo.
Casi todos los viernes de este mutuo destierro, almorzaba con el amable y lúcido Joachim en la peña Teobaldo Rosell, del Club Big Five de Miami. En nuestro encuentro postrero me regaló su libro The Motivational Mini Book, a new paradigm in living. En esa obra de bolsillo nos brinda, entre otras enseñanzas:
“Nadie te puede hacer sentir inferior sin tu permiso” y “lamentarse es un mal uso de la imaginación”.
A los doce años de su edad, en 1959, en la casa del embajador de Argentina en La Habana, De Posada conoció por primera vez la alevosía del despotismo, cuando se vio obligado a ponerse una gorra del movimiento 26 de Julio, para que el incipiente tirano Fidel Castro no arremetiera contra el padre de Joachim, un periodista de su mismo nombre.
@alexisortizb