Hace unos cuantos años escribí en mi columna del diario “Meridiano” de Caracas, que el presidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), el brasilero Joao Havelange, debía ser reconocido como el gerente emblemático del siglo XX.
Afincaba mi afirmación en los logros de crecimiento, cobertura, riqueza y participación del balompié planetario, bajo la batuta de Havelange, quien dirigió a la FIFA durante 26 años, con el suizo Josep Blatter como su secretario general en 17 de esos 26 años.
No fue la primera vez ni será la última que me he equivocado en la vida. La investigación de la valiosa fiscal norteamericana Loretta Lynch, ha revelado que la FIFA de Havelange y Blatter terminó siendo un pantanal de corrupción y trampas. Algo que le ha propinado un serio revés al prestigio del fútbol mundial.
Continuismo en el mando, entre Havelange y Blatter ha presidido la FIFA durante 60 años; poder sin control para manejar cifras multimillonarias; y vanidad, prepotencia, complicidades y descaro explican el escándalo que contemplamos.