Publicado en El Nuevo Herald el 22 de mayo del 2020.
Así como el socialismo del siglo XXI es el mismo viejo comunismo del siglo XX, con un antifaz pretendidamente renovador. El Grupo de Puebla, que arrancó en México el 2019, es una máscara del Foro de Sao Paulo, creado en Brasil en 1990, hoy en día arruinado en su credibilidad por el fracaso de sus gobiernos y la corrupción de sus caudillos.
El Foro de Sao Paulo brotó de los sombreros de mago de Lula Da Silva y Fidel Castro. El Grupo de Puebla es otro siniestro sortilegio de Lula y esta vez Raúl, el hermano de Fidel.
Foro y Grupo se proclamaron “progresistas”, pero en verdad procuraban y buscan imponer por autocratismo y/o manipulación, las ideas jurásicas del socialismo populista, o sea, autoritarismo y represión política, estatismo ineficiente y corruptor, invasión de la sociedad civil con propósitos de control económico, ideológico y cultural…
Los voceros del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla son los mismos: el gelatinoso español Rodríguez Zapatero, empleado de Nicolás Maduro; el colombiano socio de los carteles de la droga, Ernesto Samper; los sindicados por corrupción Rafael Correa, Dilma Roussef, Lula Da Silva, Cristina Kirchner, Hebe Bonafini…; los defenestrados narcogobernantes de Bolivia Evo Morales y García Linera; el chileno destructor de la OEA J. M. Insulza; el lujurioso obispo paraguayo Lugo; el resbaloso hondureño Zelaya y desde luego, todos con la sigilosa complacencia del pendenciero presidente de México, López Obrador.
Esas tramposas plataformas políticas disfrazadas con ropaje académico e institucional, tienen que ser enfrentadas por los líderes democráticos del continente y el mundo. Los social cristianos, social demócratas, liberales y figuras genuinamente académicas, culturales, científicas y hasta deportivas de nuestras latitudes, tienen que dar la cara en un esfuerzo coordinado para salvar nuestra convivencia democrática.
¡Para luego es tarde!
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