Publicado en El Nuevo Herald el 08 de mayo del 2020.
Hace pocas semanas, emboscado por el virus chino, se nos fue desde Barcelona, España, uno de los intelectuales más lúcidos y consistentes de la Venezuela contemporánea, Emeterio Gómez.
A él le debemos la distinción de haber prologado un libro que escribí al alimón con el cineasta Thaelman Urgelles. Pero lo importante es que la inteligencia humana le debe una publicación que crece en vigencia: “Capitalismo solidario versus socialismo del siglo XXI”.
Resaltamos que en la contienda histórica entre capitalismo y socialismo, el primero por ser superior en lo económico y en lo ético y por sus resultados superiores, resultó ganador.
El socialismo produce opresión, bancarrota política, económica y moral. El capitalismo logró crear riquezas, empleo, consumo y fulgurante despliegue tecnológico. En pocos siglos ha facilitado más progreso que en los anteriores ocho mil años de la humanidad.
Pero el capitalismo ha dejado un residuo de marginalidad social que es su Caballo de Troya. El germen de un indeseable retroceso hacia los viejos populismos demagógicos, autoritarios, estatistas y ruinosos. Y es que los capitalistas han asumido un falso dilema entre libertad e igualdad. Entre libre mercado y justicia.
Tal antinomia no existe. Lo fecundo y progresista es la armonía en entre la libertad consustancial a lo humano y la búsqueda incesante de la igualdad de oportunidades, para asegurar que las diferencias naturales entre los hombres no lleven a injusticias ominosas.
El capital no sólo debe cumplir una función social, debe ir más allá dice Emeterio, tiene que asumir un compromiso moral con los ciudadanos y la naturaleza, con el progreso individual y colectivo, inspirado en el mandato de amor al prójimo.
Emeterio Gómez es un precursor de esa cosmovisión futurista, junto a beneméritos como Ludwig Erhad, Warren Buffet, Bill Gates, Muhammad Yunus, Fernando Savater, Jeffrey Sachs, el Grupo Polar de Venezuela…
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