Publicado en El Nuevo Herald el 05 de junio del 2020.
Cuando llegué al exilio en el aciago año 2004, todavía el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez (CAP) cargaba con una imagen negativa. Aunque estaba postrado en Miami por una enfermedad inexorable, allá y aquí se decía que disfrutaba un exilio deleitoso y opulento.
Pasado un tiempo mis amigos Pancho Tosta y José Gregorio Tovar convencieron a Pérez y a su pareja, Cecilia Matos, de que yo era la persona indicada para escribir una biografía de ese ex gobernante, siempre leal a la Democracia. Así apareció en el 2008 mi libro, publicado por la Editorial “El Centauro”: “CARLOS ANDRES PEREZ, LA POLITICA ES LA VIDA”.
CAP fue víctima de una conspiración afrentosa para sacarlo del poder. Los protagonistas de esa maniobra que resultó fatal para nuestra Democracia Civil, fueron entre otros:
El caudillo adeco Luis Alfaro Ucero, el Fiscal General de la República Ramón Escovar Salom, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia Gonzalo Rodríguez Corro, el ex presidente Rafael Caldera, el escritor Arturo Uslar Pietri, el agente cubano José Vicente Rangel, los principales medios de comunicación y, algo insólito, los partidos dominantes AD, COPEI y el MAS, que se dejaron arrastrar por los confabulados.
Un grupo que se reunía en casa de Corina Parisca de Machado, del cual formé parte como diputado, se empeñó en hacerle entender a los magistrados, fiscales, partidos, notables y demás suicidas institucionales, que nuestra Democracia seguía siendo frágil, que la defenestración de Pérez abriría las compuertas para la indeseable entrada del militarismo, representado en ese momento por el golpista Hugo Chávez Frías.
Pero nadie quería escuchar. La prensa había idealizado a Chávez. Y lo peor, había desacreditado el esfuerzo de CAP y su equipo por relanzar la economía y la participación ciudadana.
Resultado: Dos décadas de tragedia nacional castrochavista.
jalexisortiz@gmail.com @alexisortizb www.alexisortiz.com