Publicado en El Nuevo Herald el 03 de abril del 2020. Leer en El Nuevo Herald.
Para los comunistas latinoamericanos y sus compañeros de viaje de la izquierda, Cuba es una especie de “Disney World rojo”. Allá suelen ir de turistas para adorar al régimen de los despóticos hermanos Castro. Para ellos el desastre de la isla es lo que el comediante eterno Hugo Chávez llamaba el “mar de la felicidad”.
Tanto arrobamiento con el fracasado modelo cubano hizo que después de visitar a su héroe Fidel Castro, la joven diputada comunista chilena, Camila Vallejo, bautizada la Barbie roja por una prensa capitalista complaciente, declarara que cualquier cosa que dijera Fidel, era “una hoja de ruta” para ellos, los marxistas australes.
En estos días vemos como se repite por las redes sociales, el mensaje plañidero de un grupo de comunistas chilenos, sorprendidos por el virus chino mientras paseaban por el “edén” cubano. Están encerrados en hoteles desvencijados, con precarios servicios de luz, agua, sanidad, alimentación y medicinas, como vive cotidianamente la población cubana.
Ya descubrieron que las “visitas guiadas para ver los avances en salud y educación en Cuba”, eran una mentira. Ahora sufren la tragedia vital de cualquier cubano no favorecido por la militancia en el partido gobernante.
Y lo más curioso es que esos comunistas chilenos varados en Cuba, protagonistas todos de los actos vandálicos contra los servicios públicos en Santiago y otras ciudades de Chile, le exigen, leamos bien: exigen, a su odiado presidente Sebastián Piñera, que envíe un avión a rescatarlos del encierro en el “paraiso”.
Esos revolucionarios de opereta, aburguesados y llorones, acostumbrados a abusar de la tolerancia democrática, volverán a Chile para continuar con sus posturas incendiarias, animadas por la fe fanática en una ideología jurásica, el comunismo, que los medios de comunicación capitalistas se empeñan en denominar “progresista”.
!Mientras tanto sigue la pesadilla para los hermanos cubanos!
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