Publicado en El Nuevo Herald el 03 de Octubre del 2019. Leer en El Nuevo Herald.
El castrochavismo en Venezuela ha sido tan excesivo y descarado en la persecución a los que reclaman libertad y democracia, que de pronto la gente, los medios y las redes, se olvidan de ciudadanos respetables, contra los que se han ensañado el comediante eterno Hugo Chávez, el agente cubano Nicolás Maduro y otros canallas como Diosdado Cabello y el general Padrino.
Tal es el caso de un servidor público que desde Maracaibo se proyectó a la nación. Se trata de Oswaldo Alvarez Paz, un dirigente de garra, perseverancia, elocuencia y, sobre todo, un acendrado sentido de la moderación política.
Oswaldo ha sido una víctima continuada de la histeria represiva de Chávez, Maduro y unos jueces y fiscales convertidos en esbirros de la narcodictadura. Su caso es un bochorno para el principio de independencia e igualdad de los poderes públicos.
Sin cometer delito alguno, Alvarez Paz fue hecho preso por Chávez y sus jueces genuflexos. Hubo que ponerlo en libertad por falta de pruebas para una condena, pero se le dejó inhabilitado para votar y con prohibición de salida del país.
La familia de Oswaldo Alvarez Paz anda errante por diversos países, como millones de venezolanos que han tenido que partir, aventados por la espantosa tragedia perpetrada por la bandidocracia castrochavista. Pero Oswaldo no puede salir a ver a sus hijos y nietos, porque lo tienen arteramente encerrado en Venezuela.
A él se le recuerda por haber sido uno de los líderes emblemáticos del período de la Democracia Civil. Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Zulia. Secretario Juvenil de COPEI (socialcristianos). Presidente de la Cámara de Diputados. Primer gobernador electo y reelecto del estado Zulia. Candidato presidencial social cristiano…
En fin, un dirigente animado por el humanismo cristiano y el amor al prójimo.
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