Especial para el semanario “El Venezolano@ de Florida / EEUU- noviembre 2018
Uno de los parajes más íntimos con el paraíso terrenal ocupa 12 kilómetros cuadrados, en la región nororiental de Venezuela, se llama Lechería y es una ciudad peninsular con el mar caribe a barlovento y sotavento.
La villa fue fundada por los españoles en 1535, con el nombre de San Miguel del Neverí, pero tuvo que ser abandonada por la resistencia de los aborígenes cumanagotos. Después en el sitio la corona de España levantó el Fortín de la Magdalena, para defender la zona de las feroces incursiones de los piratas ingleses, holandeses y franceses.
En tiempos de la independencia el Fortín fue tomado por los patriotas al mando de Simón Bolívar y Rafael Urdaneta. Y con el tiempo se desarrollaron en esas tierras salobres una finca lechera (origen del nombre Lechería) y una activa aldea de pescadores.
En las últimas décadas del siglo XX, por iniciativa del visionario Daniel Camejo Octavio, Lechería se convirtió en un dinámico centro turístico y residencial, con la construcción de una red de canales que le dan a la ciudad un aire veneciano.
Además de los canales e impactantes edificaciones contiguas y del Fortín de la Magdalena, tiene como atractivos para el visitante el navegante Cerro del Morro, el museo Dimitrius Demus, la amabilidad de la gente, la hotelería y restaurantes bien dispuestos y, sobre todo, las playas del mar caribe, protegidas allí bajo el amparo del Parque Nacional Mochima.
Los ciudadanos de Lechería, responsables y laboriosos como son, jamás han votado por los candidatos de la bandidocracia castrochavista. Esto ha hecho que el golpista Hugo Chávez y su engendro Maduro, se hayan ensañado contra la ciudad, negándole los recursos que le corresponden, agrediendo a sus habitantes y persiguiendo a sus autoridades.
La última agresión contra Lechería ha sido denunciada por grupos ecologistas de prestigio y por dirigentes sociales locales valientes y valiosos como Omar González Moreno, José Manuel Azocar y Luis Castro Lezama.
El atropello consiste en la contaminación petrolera deliberada e irresponsable. El trasiego de crudo y otros hidrocarburos en el mar cercano, por tanqueros de PDVSA y extranjeros, está destruyendo las playas de Lechería y, por ende, el turismo, comercio, hoteles, negocio inmobiliario, restaurantes y pesca artesanal vitales para la sobrevivencia de la ciudad.
¡Llamamos a los ambientalistas propios y foráneos a elevar su grito de protesta para la salvación de Lecheria!
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