Articulo publicado en El Nuevo Herald de Miami el día 24 de noviembre del 2018
Después del abominable Adolfo Hitler y la tragedia global que desató, Alemania se reivindicó con la aparición de gobernantes democráticos, sabios y eficientes, verbigracia:
Konrad Adenauer, artífice de la reconstrucción de una nación arruinada económica, política y moralmente por el nazismo.
Ludwig Erhard, responsable del milagro económico alemán y, con su tesis de economía social de mercado, precursor de un capitalismo solidario, con vocación social.
Willy Brandt, el hombre de la Ostpolitik (convivencia inteligente con los países del este europeo). Y líder mundial del socialismo democrático.
Helmut Kohl, campeón de la reunificación alemana al ser derribado el muro de los comunistas de Berlín.
Y desde luego la rotunda y compasiva demócrata cristiana Angela Merkel, garante de la unidad, disciplina y liderazgo planetario de Europa.
La Merkel, con Indira Gandhi (India), Golda Meier (Israel) y Margaret Thatcher (Inglaterra), ha demostrado que las mujeres como jefas de estado pueden ser tanto o más competentes y recias que los hombres.
Sus experiencias de habitante del Berlín comunista, vida juvenil sencilla, licenciada en física, cristiana practicante, ambientalista, exministra y presidenta de su partido, convirtieron a la señora Merkel en idónea para dirigir a una Alemania llamada a liderar la salvación del paradigmático modelo societario europeo, cada vez más amenazado por el populismo impenitente.
Angela Merkel ha anunciado que abandonará el cargo de canciller de Alemania que ostenta desde el 2005. Frente a la turbulencia que estremece a Europa y el orbe, su retiro es una noticia desalentadora. Su liderazgo le hará falta al mundo.
Ojalá nos ofrezca pronto sus memorias porque serán de gran utilidad para los políticos de todas las edades y pelambres. Una frase de ella nos inspira:
“Quien dedica su vida a la política, sabe que ganar dinero no es su prioridad”.jalexisortiz@gmail.com @alexisortizb www.alexisortiz.com