Especial para “El Venezolano”
“Cuéntame una de vaqueros”, dice la gente criolla cuando alguien trata de convencerlo de algo absurdo. Y en lo personal, derivo mi propensión a ausentarme de la realidad y pensar en otras cosas, de mi abuela paterna Nila, una mujer imaginativa a quien le tocó vivir en un tiempo equivocado.
Pero el hábito de la lectura, sin ninguna duda y mucho agradecimiento, se lo debo al prolífico escritor toledano Marcial Lafuente Estefanía. Entre los nueve y los doce años podía leer hasta tres de sus novelas de vaqueros del viejo oeste norteamericano, en un día.
Estefanía fue con Corín Tellado, autor privilegiado de la editorial Bruguera. Escribió unas 2600 de esas novelas de redacción sencilla, breves (no más de 100 páginas), mucha acción y riguroso conocimiento del tiempo y la geografía del oeste de los Estados Unidos (que visitó y estudió con detenimiento).
Marcial Lafuente Estefanía fue durante la guerra civil española (años 30 del siglo pasado), un general del bando republicano. Después del conflicto sufrió cárcel y desde la prisión arrancó su productiva carrera de escritor de entretenimiento masivo.
Estefanía entregó una novela de vaqueros por semana. También incursionó en otros géneros como el policíaco y el romántico o “rosa” (en estos casos con seudónimo). Sus hijos y nietos han seguido la tradición que comenzó con este manchego, que a muchos de mi generación, nos introdujo en el mundo irrenunciable de la lectura.
En estos días encontré una novelita de Estefanía, se llama “Dandy Emerson”, la voy a leer para revolcarme en la nostalgia.