Publicado en El Nuevo Herald el día 23 de diciembre del 2016:
La palabra navidad proviene del latín nativitas y está asociada a nacimiento, natividad, nacer, natalicio, noel, nadal, natal, natale, Natalia, Nathalie y hasta por extensión christmas.
Ni en el Viejo o el Nuevo Testamento bíblicos, aparece la navidad, relativa al nacimiento de NS Jesucristo como una festividad decembrina. Ocurre que como antecedente de nuestras actuales navidades, hubo fiestas paganas de renovación de la naturaleza en diciembre, en la Roma antigua (saturnales en homenaje al Sol y al César), y entre los persas los escandinavos y los aztecas.
La Iglesia, sabia a la hora de adaptar lo que sirviera a la comprensión de su mensaje, en lugar de reprimir asumió la tradición decembrina pagana y, en el año 345 DDC, decretó un día de diciembre como mes de nacimiento en Belén, de Cristo el redentor.
Y entre los cristianos han perseverado como costumbres navideñas: el pesebre (representación del nacimiento de Jesús) y las misas de gallos (o de madrugadas), ambas tradiciones iniciadas por San Francisco de Asìs en el siglo XIII de nuestra era.
Otras expresiones típicas de navidad son los villancicos o aguinaldos (con sus parrandas, novenas o posadas), la repartición de juguetes a los niños por San Nicolás o el Niño Jesús (en casos foráneos por Papa Noel o Santa Claus), las tarjetas de navidad, la flor de Pascua, comidas familiares de nochebuena: hallacas, tamales, lechones, corderos, buñuelos, asados, panettones, panes de jamón, turrones, chichas, licores como ponche crema, coquito, cola de mono, rompope…
En algunos de nuestros países como Cuba y Venezuela, la navidad ha sido maltratada por los gobiernos despóticos que ultrajan las tradiciones. Pero los tiempos pascuales decembrinos (navidad para los cristianos y hanuka para los judíos), deben ser dedicados a la reconciliación, muestras de solidaridad entre la gente y compromiso de las naciones con la paz.
Nuestros mejores deseos para todos.