Como todas sabemos la palabra Navidad alude al tiempo decembrino en que se celebra el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Se trata de un vocablo de origen latino (Nativitas) que significa, precisamente, nacimiento, natividad, natalicio y por extensión o asociación, Navidad, Noel, Nadal, Natal, Natale, Natalia, Nathalie…
Reconocer el 24 de diciembre como fecha de alumbramiento del Redentor, es algo resuelto por la iglesia católica en el año 345 de nuestra era cristiana. Realmente no se ha podido determinar con precisión el día de nacimiento de Cristo.
En la antigua Roma, entre las tribus germánicas, e incluso entre los persas, los aztecas y los escandinavos, ya el 24 y 25 de diciembre eran fechas festivas, que siempre aludían a la renovación, renacimiento, de la naturaleza.
La Navidad es una celebración cristiana que se ha desparramado, en mayor o menor medida, por los cuatro puntos cardinales del orbe. Entre nosotros, la gente de cultura mestiza, hispano-arábiga-judeo- indígena-africana, estas fiestas de remoto origen pagano, tienen un fuerte contenido religioso.
Pesebres, misas de gallos, patinatas, parrandas (novenas y posadas), arbolitos navideños, tarjetas, aguinaldos, gaitas y villancicos, cabalgatas, Niño Jesùs, San Nicolàs, flor de pascua, hallacas, tamales, lechones, pavos rellenos, turrones, ponches, vinos, rones, tequila, chichas, pan de jamòn, panettones, tortas, buñuelos, uvas y otras delicias son la maravilla de los días decembrinos.