Publicado en El Nuevo Herald el Noviembre 04, 2016:
El sevillano Antonio Machado, lumbre de la generación española del 98, vaticinó: “La España de charanga y pandereta, / cerrado y sacristía, / devota de Frascuelo y de María, / de espíritu burlón y de alma quieta, / ha de tener su mármol y su día, / su infalible mañana y su poeta”.
En verdad, desde Berceo y San Juan de la Cruz hasta el propio Machado y el fugaz Lorca, poetas no le han faltado a nuestra Madre Patria; lo que si no le ha sobrado es dotación de buenos gobernantes. En el pasado, quizás, los Reyes Católicos…
No fue sino hasta la transición hacia la Democracia, después de la cruenta guerra civil y consiguiente dictadura franquista, que aparecieron en España estadistas de solera e inspiración: Juan Carlos de Borbón, Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, hasta que llegó el despeñadero con sujetos como Rodríguez Zapatero, Artur Mas y Pablo Iglesias.
Hoy se logra una nueva oportunidad de recuperación, con la habilitación del señor Mariano Rajoy para continuar su gestión de gobierno. Los principales partidos PP, PSOE y CIUDADANOS, deben colaborar para rescatar a España del atolladero en que la metió la administración socialista de Zapatero y Moratinos.
El interés superior nacional debe conducir a los partidos a cumplir su responsabilidad histórica. No deben ceder al chantaje populista de PODEMOS, un movimiento oportunista y demagógico, liderado por un caudillo virulento, disfrazado de muchacho protestatario gringo (con bluejean y moño; solo le faltan el tatoo y el piercing), protegido y financiado por el castrochavismo que arruinó a Cuba y Venezuela.
Sobre todo CIUDADANOS, el movimiento más promisorio de España, debe marcar pauta de un nuevo modo de acción que eluda el clientelismo y a la política como espectáculo mediático, que se comprometa a proponer soluciones y no show.