La literatura japonesa contemporánea se engalana con escritores de rango y proyección:
Yukio Mishima (“El marino que perdió la gracia del mar”), Kobo Abe (“La mujer en la arena”), Shusako Endo (“Silencio), y los premios Nòbel, Yasunari Kawabata de 1968 (“La casa de las Bellas Durmientes”) y de 1994, Kenzaburo Oe (“Un asunto personal”).
Pero esta semana leì el libro “Despuès del Terremoto”, del màs popular y de mayor proyecciòn entre los autores nipones de estos tiempos, Haruki Murakami. Se trata de un libro de cuentos que dibujan de manera lùcida, rigurosa e ìntima el alma japonesa.
En 1995 hubo un terremoto terrible, más de cinco mil muertos fue su saldo, en la ciudad japonesa de Kobe. En la vida de los protagonistas de los relatos de Murakami, el sismo es una referencia inescapable, aparece, desaparece o reaparece, de manera sutil o rotunda en los momentos más inesperados, tiñendo de suspenso las narraciones.
La obra de Murakami ha sido traducida a màs de 50 idiomas. Encontramos en ella trazos de surrealimo y realismo mágico, realismo a secas, ciencia ficciòn, picaresca, melancolía, pasiòn por el jazz, fatalismo y, sobre todo, erudición, èl es un intelectual muy conocedor de la historia y cultura de Japòn y, por añadidura, profundamente familiarizado con las manifestaciones occidentales.
Murakami ha merecido multitud de premios y distinciones. Entre otros:
El Franz Kafka checo, galardones de Dinamarca, Catalunya y Jerusalèn y en el 2015, apareció en la revista TIME como uno de los personajes màs influyentes del planeta.
Leer “Después del Terremoto” de Haruki Murakami es en verdad algo más que recomendable, sobre todo en estos tiempos de globalización, cuando estamos obligados a entender culturas distantes y ricas como las asiáticas.