Las agencias internacionales de noticias, siempre tendenciosas, y los medios de comunicación políticamente correctos de Europa, han tratado de solapar las horrendas noticias de violaciones a jóvenes europeas, y agresiones a hebreos y fieles de confesiones cristianas, por parte de musulmanes que se niegan a adaptarse a la legalidad de los países europeos donde encontraron residencia.
El multiculturalismo es el respeto, diálogo y valoración igualitaria de las distintas culturas. No consiste en permitir a los inmigrantes, en atención a su religión o costumbres, que violenten la legalidad, o la convivencia democrática y plural, de los ciudadanos originales del país.
La intolerancia es algo deleznable. Pero el exceso de tolerancia, por complejo o miedo, es un vicio igualmente repudiable. La idea es que las diferentes culturas dialoguen y se fertilicen mutuamente. Que los que llegan sean respetados pero que se adapten a las normas de convivencia del país de llegada. Lo contrario es la anarquía, el caos y eventualmente las más indeseable de las guerras, la religiosa.