Una serie de televisión sobre la más emblemática guarachera del Caribe, Celia Cruz, ha levantado una interesante controversia. Algunos se preguntan hasta que punto uno puede ampararse en la ficción, para contar a su antojo la vida de una figura de renombre como esta cubana, que saltó a la fama con la legendaria Sonora Matancera.
La libertad del creador es insoslayable, pero también lo es que no se falsifique la historia y, por añadidura, que no se resbale hacia la apología del delito, como ocurre con algunas recientes telenovelas sobre capos del narcotráfico.
Valdría la pena que alguna institución académica o periodística, promoviera un foro para que pudiéramos discutir sobre un asunto de tanta actualidad como este.