El pueblo va unido en diciembre, con una sola tarjeta electoral, en busca de una salida legal y reconciliadora para la Venezuela martirizada por el neo comunismo chavista
En estos tiempos de exaltación de la anti política y empeño mediático en la descalificación de los partidos, es de justicia hacerle un reconocimiento a los líderes democráticos (Capriles, López, Ledezma, María Corina, Pablo Pérez, Ramos Allup, Henriquez, Borges, los Salas, Torrealba, Aveledo, Ocariz, Smolansky; Fernández, Martín, Velázquez y otros como ellos), por la sabia decisión de preservar la unidad electoral mediante la aprobación de una tarjeta única para enfrentar al castrochavismo.
Raúl Castro, su monaguillo Nicolás Maduro y su mozo de espadas el narco gorila Cabello, no tienen manera de ganar las elecciones parlamentarias de diciembre. El fracaso del neo comunismo chavista es inocultable: Venezuela padece la inflación más alta del planeta; la destrucción deliberada del aparato de producción privado nos hundió en el desabastecimiento más espantoso, el desempleo y el incremento de la pobreza (el empresario Vicente Brito reveló que 23 millones de compatriotas tienen ingresos por debajo del costo de la canasta alimentaria básica); la delincuencia, financiada y protegida por el gobierno, es la dueña de las calles y la vida de la gente; y, algo igual de bochornoso, la corrupción se desenfrenó en el potro de la impunidad.
Con este panorama al gobierno castrochavista solo le queda reprimir, el soborno social (la compra masiva de votos financiada por China, Rusia, Irán y Brasil), la violencia de sus bandas fascistas contra los ciudadanos desarmados, todas la modalidades del ventajismo y el abuso, como esa de inhabilitar a los candidatos de la oposición democrática con mayor poder de convocatoria, el atiborramiento publicitario, más líderes encarcelados…
Pero con ninguno de esos atropellos el castrochavismo podrá salvarse de la derrota que los votantes le propinarán en diciembre. Su única esperanza es lograr la división del pueblo. Que la oposición democrática pierda la noción de la importancia de la unidad.
Pero nuestros líderes no son idiotas, no van a caer en la trampa del castrochavismo, todo lo contrario, con la gerencia inteligente de las diferencias que es necesario se presenten entre demócratas, el pueblo va unido en diciembre, con una sola tarjeta electoral, en busca de una salida legal y reconciliadora para la Venezuela martirizada por el neo comunismo chavista.