Hay mujeres que nacen “toda llena de gracia como el Ave María”. Caminan por la vida desplegando hermosura de cuerpo y alma. La enfermedad más fulminante y artera, e incluso la guadaña fatal, no pueden vencer su alegría de vivir.
Esa fue mi inolvidable Elisa Todd, la que nunca desdibujó la sonrisa ni desertó del amor al prójimo. Excelente promotora cultural. Tremenda amiga. La recordaré con una cuarteta señera que la quiso tanto como yo: Teresa de León, Carlos Urbizo, Enrique Hidalgo e Ignacio Izcaray.
Este domingo, a las seis en punto de la tarde, será la amable despedida de Elisa en la Sala de Conciertos del Palacio de las Artes. ¿Dónde si no en Doral?: 3633 NW 78 Avenue. Doral, Florida.